Lo que comúnmente se conoce como “ensayos”. Yo tengo una dificultad con lo que llamo “historias que no quieren ser historias”, que en algún lado defino como “historias abstractas, antisépticas, sin personajes ni fluidos corporales que manchen de paradójica incoherencia la objetividad rigurosamente lógica, ojalá matemática, de nuestra comprensión de la naturaleza (incluyendo la humanidad)”. Me esfuerzo por que mis ensayos no se sientan así. Algo de argumentación sí tienen, aunque su falta de rigor la hace justamente más especulativa… Ahora que lo pienso, debo escribir una entrada de Dilemas posmodernos sobre esto…
Los contextualizo: Cuando, siendo un polluelo que ni veinte años contaba y cuya cabeza lucía una hermosa y larga cabellera ondulada, decidí nunca estudiar literatura ni nada que se le pareciera, mi justificación poética fue la siguiente: “Lo último que yo quiero es que me diseccionen un beso”.
Lee másTodo lo dicho ratifica sin lugar a dudas que yo no tengo ni malicia indígena de cómo funciona la poesía. Y no estoy siendo irónico. Nunca he querido aprender cómo funciona, a veces identifico un gran poeta sin saberlo, un segundo después vilipendio un poeta urbano recién condecorado.
Lee más[E]so es lo que entiendo yo por “pop”, esa música que empezó a producirse en serie y destinada al consumo masivo desde los años cincuenta. Eso tiene dos problemas: el primero, que casi nadie lo entiende así; el segundo, que desde ese punto de vista el rock es parte del pop, es decir, es un género derivado de éste.
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